En ocasiones, el invierno se presenta más crudo de lo normal y deja algunas heladas y nevadas en lugares donde normalmente no cae ni un solo copo de nieve. Eso hace que muchos conductores, sin experiencia previa, tengan que aventurarse a una travesía sobre asfalto helado por primera vez, con el riesgo que ello conlleva.
En ese tipo de circunstancias, contar con cadenas de nieve es básico (las cadenas de nieve automáticas y las cadenas de nieve textiles te resultarán más fáciles de poner, si bien las primeras son las mejores, las segundas son las más baratas), pero también lo es tener algunas nociones sobre conducción en condiciones adversas, tales como saber a qué velocidad moverse en la nieve, cómo frenar, cómo actuar en subidas, bajadas y pendientes muy pronunciadas, o qué marchas utilizar al conducir sobre nieve.
❄️ Qué es mejor para conducir con nieve: ¿Marchas cortas o largas?: Índice ❄️
¿Qué marcha es mejor para conducir con nieve?
Esta es una pregunta que se formula mucha gente y con la que más de uno seguro que se sorprende al descubrir la respuesta correcta. Y es que, aunque, nuestro primer impulso sería utilizar marchas cortas (por ejemplo, la primera o la segunda marcha) por aquello de que son las que utilizamos cuando vamos a menor velocidad, lo cierto es que no es lo más aconsejable.
En lugar de eso, conducir con marchas largas sobre nieve resultará mucho más seguro, ya que nos evitará deslizar las ruedas y perder tracción por derrapaje. Conducir sobre un terreno helado o nevado a una velocidad muy moderada en cuarta o quinta velocidad puede que nos resulte contradictorio, ya que esas marchas son las que usamos por regla general cuando nos desplazamos a gran velocidad, por la autovía, etc.; pero lo cierto es que son las más seguras en estas circunstancias. A continuación, te explicamos los motivos.
Conducir en nieve con marchas largas es más seguro
Lo acabamos de decir, y todos los expertos coinciden en lo mismo, pero ¿por qué es mejor conducir con marchas largas en la nieve? Lo cierto es que la respuesta es muy sencilla: las marchas cortas, como la primera, son bastante más «potentes» que las marchas largas (por eso, la primera es la marcha que utilizamos para poner en movimiento el coche desde parado en circunstancias normales). Y toda esa potencia de las marchas cortas se traduce en una mayor probabilidad de perder tracción, ya que la rueda girará con más fuerza de la cuenta, y puede acabar provocando que el coche patine sin control debido al poco agarre de la nieve y el hielo.
Utilizar marchas largas en la nieve resulta mucho más seguro, ya que no son tan potentes, por lo que no hacen girar las ruedas de forma tan rápida y brusca como las marchas cortas y, por ende, se reduce el riesgo de perder tracción. Sí, es cierto que la conducción se vuelve un tanto extraña utilizando una marcha larga a baja velocidad, pero te aseguramos que es la mejor forma de evitar el patinaje de las ruedas y poder, así, desplazarnos de forma más segura.
Evidentemente, no podemos poner salir en tercera o en cuarta con nuestro coche (la mayoría de los coches tendrían problemas para salir en segunda desde parado, salvo que haya una leve pendiente en bajada que nos permita avanzar por la mera inercia), por eso lo primero que debemos hacer es, al salir desde parado, levantar el pie del embrague desde primera con la máxima suavidad para evitar que las ruedas derrapen y no traccionen. No vamos a apurar la primera, sino que cambiaremos a segunda en cuanto la inercia del coche nos lo permita, aunque nos dé algunos tirones al inicio. A partir de ahí, siempre conduciremos con una marcha superior a la habitual, consiguiendo unas revoluciones bajas que nos ayudarán a traccionar sobre nieve con mayor eficiencia.
Marchas altas no es sinónimo de velocidad alta
A veces, solemos confundir el concepto de marcha alta al conducir un coche en la nieve, con el de velocidad alta. Es cierto que para circular muy rápido, tendremos que ir subiendo de marchas de forma progresiva, pero cuando decimos que conducir con marchas altas es lo mejor para conducir en nieve o helo, lo que estamos queriendo decir es que debemos intentar conducir con una marcha por encima de lo habitual.
Si podemos ir a tercera en vez de a segunda, mejor, si podemos ir en cuarta en vez de en tercera, será más fácil conducir, y si podemos ir en quinta en vez de en cuarta, de eso se trata. Por supuesto, si nuestro coche tiene seis marchas, y podemos ir en sexta en vez de en quinta, mejor, aunque la quinta y la sexta son marchas reservadas para altas velocidades de crucero, que siempre debemos evitar al conducir sobre nieve o hielo.
Consejos sobre cómo usar las marchas al conducir sobre nieve
Además de utilizar las marchas largas (quinta mejor que cuarta, y cuarta mejor que tercera) para evitar que las ruedas giren con demasiada velocidad y patinen, te daremos un útil consejo adicional que te evitará más de un susto a la hora de enfrentarte a una carretera helada: utilizar el cambio de marchas lo menos posible.
Con los cambios de marchas (especialmente, al reducir marcha), se puede producir un brusco descenso en el régimen de giro del motor, que se conoce como «freno motor» y que se suele utilizar, en circunstancias normales (sin nieve), cuando nos fallan los frenos y queremos reducir la velocidad del vehículo. Sin embargo, ¿qué pasa al reducir marchas cuando conducimos sobre nieve? Pues que ese descenso brusco en el régimen de giro del motor se traduce en una pérdida de control prácticamente garantizada, pues las ruedas girarán de golpe a un ritmo diferente y perderán tracción.
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