El frío tiene unos efectos diferentes al calor que influyen en el comportamiento de nuestra moto, como ya habrás podido comprobar (lo mismo pasa con un coche). Pero, además del frío, la lluvia, la humedad, el hielo o la nieve, son factores que condicionan de forma evidente las condiciones de nuestra moto, y su conservación a corto, medio y largo plazo.
Por eso, hoy vamos a responder una duda que se plantean muchos de nuestros lectores: cómo guardar la moto en invierno para preservarla del frío, de la humedad, de la lluvia y de la nieve.
Por qué hay que guardar una moto en invierno con más mimo que en verano
A priori, lo ideal siempre es que una moto duerma en garaje todo el año, en invierno y en verano, pues la mera exposición al exterior, se den las condiciones que se den, contribuye al deterioro de la moto. Las partes más sensibles en este aspecto son el asiento, los cromados, los plásticos del carenado, etc.
Pero en invierno, el frío y la humedad son factores de alto riesgo muy determinantes no sólo de la conservación de la moto, sino también de su funcionamiento.
- El frío hace que la batería de una moto merme en sus capacidades, debido a cuestiones puramente químicas relacionadas con con el comportamiento de los electrolitos. Esto puede provocar problemas durante el arranque, o incluso una caída en el rendimiento del motor durante los primeros minutos de marcha.
- La humedad es un elemento de corrosión que, en una exposición prolongada, va a dejarse notar en el estado de la moto.
Cómo proteger nuestra moto en invierno en un garaje
Si tenemos la suerte de guardar nuestra moto en un garaje, no tenemos necesidad de obsesionarnos con el frío y la humedad, salvo que se trate de un garaje muy expuesto, o con unas condiciones especiales.
En los garajes subterráneos, aunque sea en poco más de un metro de profundidad, la temperatura se mantiene bastante constante durante el año, con variaciones que no suponen un problema para la moto.
Si el garaje está abierto, a ras de suelo, o no cumple con las condiciones ideales para mantener a los coches a salvo del frío y la humedad, al guardar nuestra moto actuaremos igual que si la dejásemos en la calle.
Cómo proteger del frío y la humedad nuestra moto en invierno en la calle
Si nuestra moto duerme en la calle, además de buscar un sitio siempre lo menos expuesto a la lluvia, a la humedad y al frío, es obligatorio cubrir la moto con una funda.
De esta forma, evitaremos que la lluvia caiga sobre la moto y que la humedad afecte a sus materiales más sensibles, pero también evitaremos que se ensucie constantemente.
Y poco más podemos hacer, aparte de mantener la moto en las mejores condiciones posibles, cuidando especialmente el estado de la batería, para conseguir que el frío no afecte al rendimiento de la moto.
Para evitar que nos roben la moto y la propia funda, usaremos un candado con el que aseguraremos ambas partes (generalmente, desde la rueda delantera).
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