Que nos sorprenda una fuerte nevada en plena carretera sin llevar en el maletero un juego de cadenas de nieve es algo que nos puede pasar a todos. En esas circunstancias, lo ideal es hacernos con algún tipo de cadena de nieve cuanto antes, sea de la marca que sea, para volver a la carretera con mayor garantía de seguridad. Pero entendemos que no siempre es posible, por lo que no está de más que tengamos algunas nociones sobre conducción en nive sin cadenas.
Por eso, vamos a hacer de este artículo una suerte de recordatorio de todo aquello que debes tener en cuenta si te ves obligado a ir en coche con nieve y sin cadenas. ¡No pierdas detalle, porque te puede venir de perlas esta información!
Consejos para conducir en nieve sin cadenas
A continuación, vamos a repasar algunos aspectos de vital importancia para disfrutar de una conducción segura sobre la nieve sin cadenas. Te recomendamos que los memorices bien y que trates de aplicarlos si alguna vez te sorprende una nevada al volante, ya que te podrían ser de gran ayuda para evitar accidentes:
- Consigue unas cadenas de nieve.
Nuestra primera recomendación es que te hagas lo antes posible con un juego de cadenas de nieve. Con la ayuda de las cadenas, tu vehículo ganará considerablemente en agarre y maniobrabilidad, algo que escasea cuando nos desplazamos por terrenos nevados o helados. - Conduce con suavidad.
Los acelerones y frenazos bruscos se traducen en una considerable pérdida de agarre, dando como resultado un peligroso patinaje en las ruedas que nos hará perder el control del vehículo. Una conducción suave será la mejor vacuna para evitar dichos males. - Utiliza marhas largas.
Las marchas cortas (como la 1ª o la 2ª), son las más potentes, por lo que no se recomienda su uso en la nieve, ya que hacen girar las ruedas con demasiada fuerza y ello provoca un peligroso patinaje. Usar marchas largas (como la 4ª o la 5ª) a bajas revoluciones es lo más seguro más evitar el tan temido patinaje en las ruedas. - Aumenta la distancia de seguridad entre vehículos.
La nieve y el hielo, al ser elementos tan deslizantes, aumentan considerablemente la distancia de frenado. Por lo tanto, dejar más metros con el coche que tenemos delante puede ser vital para poder reaccionar a tiempo y detener nuestro vehículo de forma segura y sin colisionar. - Conduce a velocidades moderadas.
Como acabamos de decir, se necesita una mayor distancia de frenado cuando conducimos sobre hielo o nieve. Y esto se agrava notablmente si vamos demasiado rápido. Conducir a velocidades que no sobrepasen los 40 km/h puede ser lo más seguro para evitar sustos innecesarios al volante. - Aprende a corregir el subviraje y el sobreviraje.
Se trata de 2 problemas habituales a la hora de conducir en nieve, y cada uno de ellos se corrige de forma diferente. El subviraje (cuando el coche gira menos de lo que debería) requiere que levantemos el pie del acelerador para que las ruedas vuelvan a recuperar el agarre y podamos trazar las curvas de forma segura. El sobreviraje (cuando el coche gira de más y se nos va de atrás) también requiere que levantemos suavemente el pie del acelerador, pero también que utilicemos la técnica del contravolante, girando el volante en la misma dirección hacia la que se nos va el culo del coche (por ejemplo, al trazar una curva a la derecha con sobreviraje, la parte trasera del coche se irá hacia la izquierda, por lo que tendremos que girar el volante también a la izquierda para corregir ese deslizamiento lateral no deseado). - Aprovecha el camino abierto por otros vehículos.
El paso constante de vehículos irá despejando una trazada en la carretera, una zona en la que la nieve estará más compacta, más baja o incluso más derretida. Este camino será más seguro, ya que, al haber menos nieve, podremos beneficiarnos de un mayor agarre. - Evita las planchas de hielo.
Aunque de noche o con una capa de nieve por encima son muy difíciles de ver, conviene que tengas todos tus sentidos puestos en la carretera para detectar a tiempo las temidas placas de hielo que a veces se forman, ya que podrían hacernos patinar y protagonizar un accidente. Lo mejor es evitarlas (siempre que sea seguro hacerlo), pero si nos vemos obligados a pasar por encima, lo más seguro es hacerlo en línea recta y a muy baja velocidad para no perder el control del vehículo. - Conduce siempre con las luces puestas.
En estas circunstancias en las que aumentan las distancias de frenado y se complica la visibilidad, es indispensable circular con las luces encendidas. De esta forma, no solo disfrutaremos de una mejor visibilidad al conducir, sino que también alertaremos la resto de conductores de nuestra presencia. - Levanta el limpiaparabrisas cuando estés parado.
Cuando dejes el coche aparcado en pleno temporal de hielo y nieve, deberías levantar los limpiacristales para que no estén en contacto con la luna delantera, ya que se podrían congelar y quedar inmovilizados para cuando necesites utilizarlos.
Siguiendo al pie de la letra estas recomendaciones para conducir en nieve sin cadenas irás algo más seguro. Pero no queremos poner el punto y final a este artículo sin volver a incidir en la importancia de contar con un juego de cadenas de nieve en el maletero para evitar que el mal tiempo nos pille por sorpresa, o de hacernos con unas cadenas cuanto antes, si la nieve nos ha cogido desprevenidos. Te recordamos algunos de los tipos más usados por los conductores de nuestro país:
- Cadenas de nieve metálicas.
- Cadenas de nieve textiles.
- Cadenas de nieve híbridas.
- Cadenas de nieve automáticas.
- Cadenas de nieve araña.
- Cadenas de nieve de tipo brida.
- Cadenas de nieve universales.