Seguro que a todos nos ha pasado… ¡Y siempre cuando teníamos más prisa por llegar a nuestro destino! ¿Por qué no arranca el coche en invierno? Se trata de un problema que afecta a millones de conductores de todo el mundo, en especial a aquellos que tienen coches más antiguos o que viven en las zonas más frías.
En este artículo, nos hemos propuesto no solo averiguar las causas por las que el coche no arranca en invierno, sino también ofrece una solución para dejar atrás el problema y poder emprender la marcha con normalidad. Si alguna vez has sufrido este problema (estamos seguros de que sí), o si te interesa el tema, te invitamos a que nos acompañes a lo largo de los próximos párrafos.
Mi coche no arranca en invierno: ¿por qué?
Una de las incidencias más comunes entre los conductores cuando llegan los meses de invierno es que el coche no consiga arrancar por culpa del frío. Aunque lo más normal es que suceda principalmente en vehículos que han «pasado la noche» a la intemperie, también puede llegar a producirse en vehículos estacionados en el interior de un garaje si las temperaturas son muy bajas.
Y ahí justamente reside el quid de la cuestión: en las temperaturas bajas. Y es que el frío que impera en la época invernal no solo nos afecta a nosotros, las personas, que tenemos que abrigarnos con más y más capas de ropa; sino también a las mecánicas de nuestros vehículos.
Durante el invierno, los coches son más propensos a sufrir determinadas averías, pero también este problema del que hablamos: que el coche no arranca en frío.
El motivo de que el coche no arranque en invierno está relacionado con el frío. Y es que determinados componentes pierden rendimiento cuando las temperaturas son demasiado bajas. La batería, los calentadores, las bujías o el propio aceite del motor son solo algunos ejemplos de los componentes del vehículo que pueden verse seriamente comprometidos por las bajas temperaturas,
Si alguno de esos elementos falla por culpa de lfrío, el resultado más probable es la incapacidad del coche de arrancar cuando giramos la llave de contacto (o cuando presionamoes el botón pertinente, en los modelos más modernos).
Cómo evitar que el coche no arranque en invierno
Existen algunas prácticas que pueden ayudarnos a mitigar este problema en gran medida. No son remedios cien por cien infalibles, pero sí se trata de recursos que pueden resultar bastante recomendables.
El primer consejo (y quizás, el más evidente de todos) es el de intentar no dejar el coche aparcado en zonas especialmente frías. Si es posible, deberíamos dejarlo siempre a cubierto, en un garaje o similar. Si esto no fuera posible, habrá que evitar zonas propensas a sufrir heladas o que estén muy castigadas por el viento.
Otro consejo que puede ser muy efectivo para prevenir fallos en el arranque ocasionados por el frío es el de cubrir el coche con una lona (se venden productos específicos para estos menesteres), con lo que conseguiremos que las heladas no golpeen al coche directamente, y que nuestro vehículo esté algo más resguardado frente al frío.
Si vivimos en un lugar especialmente frío, no está de más que optemos por utilizar aceites y lubricantes especiales para operar a bajas temperaturas. Con el frío, el aceite con el que se lubrican los componentes del motor se vuelve más espeso, perdiendo parte de sus propiedades, y pudiendo provocar averías por fricción y rozamiento de los componentes. En cambio, los aceites de motor para frío son más resistentes a las bajas temperaturas, por lo que se mantendrán en buen estado incluso durante los inviernos más crudos.
Por último, no debemos olvidar llevar a cabo un correcto mantenimineto de la batería, ya que es una de las piezas que más influyen en el arranque del coche. Comprobar su carga (o incluso sustituir la batería) antes de la llegada del invierno siempre es una buena idea, ya que podremos actuar con antelación para evitar situaciones desagradables.
¿Y qué hacer para que el coche arranque en invierno?
Si, a pesar de poner en práctica los conejos anteriores, todavía tenemos problemas para arrancar el coche en frío, hay algunas cosas que podemos hacer para salir del atolladero. Las repasamos a continuación:
- Calentar la batería: la batería es uno de los componentes que más sufren la llegada del invierno, ya que, con el frío, pierde efectividad. Para evitar que una batería fría impiza el correcto arranque del coche, podemos optar por calentarla (o, mejor dicho, templarla) previamente. Esto es algo que haremos con sumo cuidado, ya que las baterías no deben mojarse ni exponerse a llamas. Por tanto, lo que haremos será colocar un paño calentado en seco (por ejemplo, con la plancha) sobre la batería, y dejarlo unos minutos para que suba la temperatura de esta.
- Accionar el contacto varias veces: si tenemos un coche diésel, el arranque del motor se produce por compresión, por lo que puede ser una buena idea accionar el contacto 2 ó 3 veces seguidas (siempre dejando que el testigo del salpicadero se apague entre una y otra), para que los calentadores consigan calentar de forma más efectiva la cámara de combustión, y facilitar así el arranque.
- Poner el motor al ralentí unos minutos: evidentemente, esto es algo que solo podemos hacer una vez hayamos conseguido arrancar el coche… Pero es muy recomendable hacerlo para que el motor y todos sus componentes y fluidos vayan ganando temperatura paulatinamente, antes de emprender la marcha, evitando sobreesfuerzos o posibles friciones si el aceite no está aún a la temperatura adecuada. Con un par de minutos bastará.