Como sabemos, los motores rotativos son aquellos motores de combustión interna que se caracterizan por estar constituidos por una cámara de combustión en la que un rotor consigue producir los cuatro tiempos de la combustión de gasolina (admisión, compresión, combustión del combustible, y escape de los gases resultantes), pero con la particularidad de contar con un movimiento constante y sin los llamados «tiempos muertos». Es como si fuese un motor de 2 tiempos, aunque en realidad se trate de un 4 tiempos que consume aceite en todo el proceso. Su uso es meramente anecdótico hoy día, pues solo Mazda sigue empleándolo en algunos de sus modelos. La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo funciona un motor rotativo en invierno?
Todos sabemos que a la llegada del invierno, con sus bajas temperaturas, las mecánicas de nuestros coches pueden verse comprometidas, dando lugar a diversos fallos. Pero ¿cómo afecta el invierno a los motores rotativos?
Una de las características más aplaudidas de los motores rotativos es que ofrecen una entrega de potencia más suave que la de los motores convencionales. Esta cualidad es especialmente valiosa en condiciones invernales, como en superficies nevada o heladas, donde se requiere una aceleración muy suave y progresiva para no hacer patinar las ruedas motrices.
Los motores rotativos, como el que monta el célebre Mazda RX8, requieren ser calentados progresivamente antes de exigirles un rendimiento máximo. Y eso, con el frío del invierno, puede resultar ligeramente más complicado.
Otra característica de los motores rotativos que pueden afectarnos en invierno es la ausencia de un freno motor como tal. Por este motivo, los vehículos con motores Wankel o rotativos necesitan equipar sistemas de frenos más potentes de lo que parecería necesario. En invierno, con una temperatura más baja en el asfalto, puede que la distancia de frenado de los coches con motor rotativo aumente ligeramente. Así que conviene tener cuidado.
Si en invierno ya es importante revisar los niveles de aceite en cualquier tipo de motor, en los coches con motor rotativo, en los que el uso (y consumo) de aceite es básico, lo es aún más. De hecho, se recomienda revisar los niveles de aceite en cada repostaje. Y hay que recordar que no todos los aceites sirven… En el caso de los motores rotativos son los aceites minerales lo más recomendados por los fabricantes.
El mantenimiento de los motores rotativos es bastante más caro que el de los motores tradicionales (ya que son motores complejos y menos universales, cuyas piezas están patentadas por el fabricante y requieren ser reparadas en el servicio oficial). Por ello, es necesario que seamos especialmente cuidadosos con el mantenimiento del motor en invierno, pues es una época propicia para sufrir averías e incidencias.
Los motores rotativos parecen condenados a desaparecer… Su complejidad natural, y la complejidad extra que supondría adaptarlos para reducir sus emisiones, hace que cada vez menos fabricantes se planteen su uso en el futuro. En nuestro recuerdo quedará ese sonido tan característico de los motores rotativos y la imagen de algunos de los coches más míticos que los montaron, como aquel emblemático Mazda 787B de color naranja y verde que logró la victoria en las 24 de Le Mans en el año 1991.